Francesca Woodman
1958-1981
La atormentada búsqueda del ser propio
Polvo
R & Mc
Edificios abandonados, paredes desconchandas, humedades, madera vieja, muebles rotos, espejos agrietados, polvo en la atmósfera... conforman un paisaje que parece retratar su propio interior, abandonado, ocupado por rayos de luz que sobrecojen entre la penumbra y las sombras presentes en cada esquina. Poético y mágico.
15 segundos separaban a Francesca Woodman de presionar el botón del autodisparador y desnudarse, en cuerpo y alma, ante el objetivo. De exponer sus inseguridades, su tristeza, sus debilidades, su fuerza y su rabia. De revelar su mundo interior a través del exterior.
Un espejo roto
La Encíclica
Fuera de foco, estrategias de mimetización. Francesca Woodman
De la mano de Actar, nos llega un maravilloso libro, editado con detalle por Espacio AV, los encargados de dirigir la última exposición retrospectiva de la americana Francesca Woodman. En colaboración con el Estate of Francesca Woodman (1958 Denver-1981 Nueva York)
En su línea, siempre apostando por arte de vanguardia, y con un alto grado de riesgo y compromiso, ya han presentado en ocasiones anteriores trabajos tan interesantes como los de David Delfín + Orlan, Louise Bourgeois o Manu Arregui.El Espacio AV de Murcia presenta una exposición en coproducción con el SMS Contemporánea que se inauguró el 26 de febrero y que supone una oportunidad excepcional para conocer el trabajo de esta artista reivindicada como una pionera al trabajar sobre los problemas de identidad, género e imaginario femenino. Con un marcado carácter autobiográfico, las fotografías de Woodman la muestran en escenarios melancólicos, habitaciones en las que la artista retrata la soledad, el olvido y el paso del tiempo.
Francesca Woodman falleció en 1981 con veintitrés años cerrando así una trayectoria breve pero de una intensidad extraordinaria. Su obra no estaba destinada a producir espectáculo sino intimidad, al expresar el desasosiego, el miedo y la angustia, indagando la ausencia del cuerpo. Todo su trabajo muestra la ansiedad por mimetizarse, por desaparecer y perderse en escenas cargadas de soledad que a la vez brillan rodeadas de un aura: la luz del atardecer, de la despedida, de lo que acaba. En la mayoría de sus fotografías la artista aparece convertida en sombra, cubriéndose con el papel pintado de la pared, sucia de barro, ocultando su rostro, camuflada como parte del mobiliario, borrosa y fuera de foco.
“Esta obra hace referencia a la subjetividad, y a su naturaleza evasiva y esquiva… o al empleo exuberante de la ‘primera persona’… sin decir nunca ‘Yo’”
Mieke Bal
No hay comentarios:
Publicar un comentario