Mourad Merzouki - foto Sébastien Chambert
“¿Puedo decir que yo existiría sin la danza? Sin la capacidad
para expresarme que me dio? Sin la confianza que he encontrado para superar los
temores, escaparme de los malos caminos.”
Y aquí, por un instante, dejas de leer y te
paras a pensar. Y es que el mensaje de este año me gusta y mucho.
Fusión, cultura y
personalidad. Así definiría en tres palabras a Mourad Merzouki y a su trabajo.
En el mundo actual todo está entrelazado y
al alcance de nuestra mano. Con tan solo un “clic”, podemos escuchar música procedente del otro
lado del mundo, conocer personas de culturas totalmente opuestas, viajar e
intercambiar conocimientos con quien deseemos en pocas horas… Esto crea la fusión intercultural de nuestra era. Y como
no puede ser de otro modo, también le ha tocado el turno a la danza. Nunca me
gustaron las reglas que no están para romperse. No me agrada seguir lo que ya
esta escrito como a una guía didáctica, si no crear capítulos nuevos constantemente,
y por eso me gusta su trabajo.
La
danza hip hop, como muchas otras en el mundo, no nace de un estudio del cuerpo
detallado y del movimiento en sus inicios, si no que nace de una cultura que,
por desgracia es conocida, pero no comprendida, pues nace en barrios
marginales, en barrios donde la violencia estaba a la orden del día, nace de
esos pequeños momentos de fiesta, las “block parties” y en donde la gente se
movía imitando entre otros a James Brown
y experimentando con nuevos movimientos. Poco a poco fue convirtiéndose con sus
demás elementos (el MCing,
el DJing, el breakdancing, y el graffitti.), en la cultura que es hoy en día.
Quizá por esto Mourad llevó a cabo la idea del centro “Pole Pik”, donde gente procedente de las calles tienen un
sitio donde experimentar y perfeccionar sus movimientos y “ser fiel a los
valores de la cultura hip hop que transforma la energía negativa en fuerza
positiva”.
A día de hoy, todavía existen muchos
tapujos dentro del mundo de la danza, o al menos eso veo a mi alrededor, cuando
se habla de la fusión de estilos. Cada uno se queda con lo que está seguro que
sabe hacer, y eso es como aquel que mira, pero no quiere ver. Ver que la danza
es el lenguaje no verbal mas hermoso del que disponemos y que en ocasiones por
culpa de un encierre psicológico en lo que esta bien o mal, se renuncia a lo
nuevo, a lo que hace evolucionar y mejorar y tener en cuenta que cada bailarín
lleva dentro algo único e inimitable. Käfig que significa “jaula”, es el
nombre que asignó Mourad a su primera obra y posteriormente a su Compañía, y
como metáfora de la situación de la danza, creo q no pudo elegir uno mejor. (“Ten valor, asume riesgos, a pesar de los
obstáculos y el odio a los que sin duda te enfrentarás.” M.M.)
Yo Gee Ti 2013- Compañía Käfig
Sin duda, salir de esos tapujos y romper
con las etiquetas de estilos, es lo que hace diferentes sus obras. Crear,
contar, trasmitir, es lo principal, y utiliza cualquier elemento que el
considere útil para ello. Al ver
sus obras he pensado que hay un poco de mucho, y mucho, en cada pequeña cosa.
Con esto quiero decir que me he encontrado coreografías prácticamente contemporáneas
al 100% y de repente observas como lo transforma en un movimiento de break, en
un frezee, o un wave, cómo a una música totalmente lírica, le da sentido con
movimientos de locking, o incorpora ritmos mas afrocontemporáneos.
Y en ese momento sonríes y piensas: “eh, claro
que si, ¿Por qué no?” Siempre en cuando exista una harmonía música-cuerpo,¡Que
todo esté permitido! Y no sólo eso, si no que juega con mas factores, como el canto,
la música, los deportes o las artes marciales.
Mourad recurre en sus coreografías a la
capoeira y al break en sus acrobacias y en ocasiones suaviza los movimientos
para lograr efectos menos explosivos.
Principalmente
se nota una predilección, en sus primeras obras, por lo que en el hip hop se
conoce como Old School, utilizando los
movimientos característicos de locking o los robóticos del poping. Pero también
se deja ver con el New style, donde hasta se atreve con movimientos de brazos
de waackin.
Un ejemplo que me gustó mucho fue el de la
obra de “Boxe”, donde jugó con el símil del movimiento en el baile, al esquive
de los golpes del boxeo, lo que me recordaba a Bruce Lee siguiendo el
movimiento del agua.
Una detalle importante que me llama la
atención, es la diferencia escénica del hip hop de Mourad al que vemos
generalmente en la actualidad, pues la mayoría de los espectáculos actuales que
se ven popularmente de danza urbana buscan la explosión de crear coreografías
espectaculares, aprovechar cada pequeño detalle en la música y trasmitir el
mensaje de una forma mas directa, un trato a veces mas de “tú a tú” con el
público y sobre todo está el tema competición. Sin embargo, Merzouki, sigue de
un modo mas fiel al escénico propio de la danza contemporánea, el de expresar más
hacia si mismo y que sea el público quien lo interprete.
Fuera de cuestiones de gustos
coreográficos, escénicos o de estilos, creo que todos podremos aplaudir el
trabajo de este bailarín y coreógrafo. Yo me quedo con la frase final de su
mensaje para el Día Internacional de la Danza 2014:
“
Inténtalo, equivócate y comienza de nuevo,
pero sobre todo baila, jamás dejes de bailar!".
pero sobre todo baila, jamás dejes de bailar!".
------------------ Verónica Aboy Vidal --------------------
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