MENSAJE DEL PRESIDENTE DEL CONSEJO INTERNACIONAL DE LA DANZA DE LA UNESCO
DIA INTERNACIONAL DE LA DANZA 2012
MENSAJE DEL DIA INTERNACIONAL DE LA DANZA 2012
SIDI LARBI CHERKAOUI
JEAN-GEORGES NOVERRE
DIA INTERNACIONAL DE LA DANZA
Este auge podría deberse al hecho de que curar a través de la Danza depende del Ministerio de Sanidad en muchos países, por lo que la posibilidad de financiación es incomparablemente mayor que cuando la Danza está orientada hacia el espectáculo o el ocio. Otra razón es que desde que nuestra moderna forma de vida ha excluido a los hombres de las funciones principales, la gente está volviendo a redescubrir el poder de la Danza para sanar.
La Danza, sin duda, hace que una persona sana se sienta mejor, pero tratar de aliviar un problema psicológico manifiesto, a través de la Danza, es otra cosa. Las sociedades tradicionales han preservado el bienestar, proporcionando oportunidades frecuentes para bailar en las reuniones sociales y en los rituales. Debido a que estos eventos han sido abandonados, nuestra frustración se ha acumulado, por lo que ahora nos dirigimos a las sesiones impartidas por profesionales para satisfacer esa necesidad. Danzas específicas se han utilizado para curar algunas enfermedades, por lo que se hace necesario investigar para averiguar si esas danzas pueden ser utilizadas en la actualidad con el mismo propósito.
Aún más impresionante es el hecho de que los pacientes se han curado, no por su propio baile, sino por el baile de otra persona. En mu- chos países del mundo la gente consulta a curanderos, chamanes y médicos brujos para continuar las antiguas prácticas porque las encuentran beneficiosas. Estas danzas, rechazadas hasta ahora por las sociedades industrializadas, merecen un estudio serio.
La terapia de la Danza moderna, aunque sólo data de hace pocas décadas, ha desarrollado nuevas técnicas, sólo en parte sobre la base de las prácticas tradicionales. Se produce así un conjunto de conocimientos, tanto teóricos como aplicados, y se establece su eficacia. Aún queda mucho por hacer.
Urgimos a las universidades a poner en marcha los planes de estudios de Danza terapéutica, a los gobiernos a reconocer los a terapeutas de la Danza como una profesión específica y a los organismos de Seguridad Social para sufragar los costes del tratamiento a través de la Dan- za cuando sean recetados por médicos, psicólogos y otros terapeutas reconocidos.
Alkis Raftis
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